domingo, 24 de mayo de 2015

La belleza en palacio

La llegada de Helena al palacio real fue el acontecimiento más suntuoso después de la coronación de Príamo. La pareja regia parecían esculpidos en sus tronos y aguardaban hieráticos. La procesión de bienvenida a la corte y la pompa llenaban de bullicio todas las calles de la ciudad. Las murallas rebosaban alegría y parabienes. Únicamente Casandra observaba todo desde un rincón algo alejado del ágora y guardaba silencio. Sabía que sus palabras se las llevarían los inquietos vientos. Las calles estaban cubiertas de pétalos, la música festiva no cesaba ni un momento, los gritos de júbilo hacían sonreír a los jóvenes príncipes. Helios demoró su retirada haciendo que el día se alargase lo suficiente como para que todos llegaran a la extenuación antes de la noche. Las sombras empezaban a parecer abrazando a los troyanos cuando Helena dejó caer su vestido en la alcoba de palacio.

(http://vellocinodeoro.hypotheses.org/856)

miércoles, 20 de mayo de 2015

La llegada de Paris

La ciudad bullía ante la llegada de los príncipes troyanos aunque la noticia del rapto de Helena había llegado mucho antes. Casandra lo había anunciado poco después de la partida de la nave troyana hacia Grecia pero nadie creyó sus palabras. Engalanados palacios, calles, puertas y murallas, Paris y Helena entraron por las puertas Esceas triunfantes como si toda Europa y toda Asia se hubieran rendido a sus pies. A la alegría seguía el júbilo y a este la algarabía seguida del regocijo y del festín. Todo era una fiesta de acogida de los amantes. Esto no le pasó desapercibido a Hefesto a pesar de que estaba ocupado en la forja de las armas que Paris recibiría a su llegada a Troya. Y su rostro se ensombreció pensando en la sangre que se derramaría cuando terminase la fiesta.

(http://www.profesorenlinea.cl/Biblioteca/Homero/La_Iliada/Canto_II.htm)

martes, 19 de mayo de 2015

La red invisible

En el Olimpo todos conocían los devaneos de Afrodita, diosa tan hermosa como voluble. Los rumores llenaban todos los huecos vacíos de la morada de los dioses, todos sabían que cuando Afrodita se ponía su cinturón ligeramente caído iba a salir del Olimpo. Hefesto también lo sabía y mordía en silencio la venganza. Su técnica artística en la elaboración de metales era tan refinada que había conseguido lo que nadie antes, construir una red casi invisible pero tan resistente como para contener el peso de varios cuerpos. Y cuando Afrodita y Ares, el dios de la guerra, yacían junto al manantial donde nace en Escamandro, como tenían la costumbre de hacer, la red les sirvió de suelo sin saberlo ellos. Presos en la trampa de Hefesto y desnudos fueron transportados velozmente hasta el Olimpo donde el artífice del cetro de Zeus mostró a todos su vergüenza en los cuerpos entrelazados de Afrodita y Ares. El escarnio fue general y no cesó hasta que Zeus tocó con su cetro la red invisible y esta se hizo visible. Poseidón, por la autoridad que le confería dominar un tercio del mundo, ató dos de sus caballos en un dirección y los otros dos en la opuesta y al azuzarlos la red se rompió y los amantes quedaron expuestos a la burla e ironía de todos.

(http://atin4b2014.blogspot.com.es/2014/05/afrodita-y-ares.html)

lunes, 18 de mayo de 2015

Banquete de bienvenida

Los dioses y diosas celebraban un banquete de bienvenida por la llegada de Zeus tras un inesperado viaje al monte Ida, cercano a Troya. A Hera ya ni le extrañaban ni le intrigaban las ausencias de su esposo, cansada como estaba de infidelidades y embustes que a su vez le devolvía con desdén. A su llegada todos apagaron sus voces y en el abovedado Olimpo solo se escuchaba el flujo del hidromiel desde la crátera a la copa del padre de los dioses. Zeus respondió con un asentimiento de cabeza a Ganimedes y este le devolvió una pícara sonrisa. Todos estaban expectantes hasta que las aladas palabras del dueño de rayos y truenos anunció que se trasladarían próximamente a las cumbres del Ida, cerca de Troya, desde donde serían testigos de la contienda que iba a llenar la casa de Hades de huéspedes y la tierra de lamentos sin fin. Hecho el anuncio comenzaron a sonar las flautas y los danzarines con sus crótalos fueron aplacando el silencio que se había impuesto tras las palabras de Zeus. Los comensales comenzaron a beber y a jugar al cótabo. Una larga sesión de banquete y festín para recibir al padre de todos.

(http://www.wikiwand.com/es/Ateneo)

sábado, 16 de mayo de 2015

Dictis y Poseidón

Dictis era uno de los elegidos por el rey Idomeneo para formar parte de la legación que prepararía la campaña contra Troya. Durante el viaje hacia Esparta tuvo tiempo de conocer a sus acompañantes y recibió del propio rey el encargo de dejar memoria de los hechos que iban a vivir. Una vez finalizada la embajada recopiló todo el material posible para su labor de escribano de la corte aguardó pacientemente a que los preparativos finalizasen. De todos los rincones de la isla de Creta llegaron los combatientes que llenaban las naves recién construidas. En el monte Ida quedaba encendido un fuego permanente hasta el regreso de los cretenses a su isla y numerosos exvotos consagrados a los dioses. Dictis cumplió con el ritual acostumbrado y le hizo una ofrenda especial a Poseidón: el comienzo de la historia aún no escrita: "Ayúdanos, Poseidón, a llegar a Troya a lomos de tus caballos y que la furia de los dioses caiga sobre la ciudad traidora y la convierta en polvo". Poseidón recibió de buena gana la ofrenda de Dictis y el oleaje que acariciaba la playa mostró su complacencia rozándole los pies y haciendo vibrar suavemente el suelo.

(http://www.wikiwand.com/es/Poseidón)

jueves, 14 de mayo de 2015

Arenga

No hay tiempo que perder -dijo Agamenón desde la pequeña cueva que amplificaba su voz. Cuando acabemos de reunir las tropas de todos los griegos obligados por juramento a defender el honor de mi hermano la tierra temblará a nuestro paso y araremos el mar hacia la ciudad de Troya. ¡Que se vayan preparando las mujeres troyanas porque llorarán por los cadáveres de sus maridos e hijos y ellas serán nuestras esclavas y tendrán hijos con sangre real griega!. ¡Que los buitres se preparen para darse un festín de troyanos!. ¡Que Hades abra sus puertas de par en par porque muchos troyanos cruzarán la laguna del olvido hacia la morada de los que ya no tienen vida!. El Simois y el Escamandro se teñirán de sangre y el mar se convertirá en vino aguado. Cuantos granos de arena mueve el viento insaciable en el desierto y como las hojas que en otoño colorean el suelo, así será el número de troyanos muertos.

(https://litteralia.wikispaces.com/TEATRO+GRIEGO)

martes, 12 de mayo de 2015

El primero entre los iguales

Agamenón fue elegido jefe supremo de la expedición por unanimidad. En la asamblea sólo retumbaba su nombre y los gritos se alzaban hacia el elevado cielo como un águila antes de caer hacia su presa con sus afiladas uñas. Agamenón y venganza. El caudillo reunió a todos los reyes bajo su cetro con una promesa: fama. Pero todos pensaban en lo mismo: riqueza. Las naves se iban reuniendo mes tras mes y las esposas disfrutaban de sus maridos sin descanso. Los jóvenes se empeñaban en beber la juventud a sorbos largos y todo se llenaba de la algarabía que precede a la lucha.

(http://academic.brooklyn.cuny.edu/classic/wilson/core/trireme.htm)

domingo, 10 de mayo de 2015

El cetro de Agamenón

En nombre de su hermano Menelao, roto por el dolor, Agamenón comenzó el periplo desde Micenas para recorrer toda la tierra que hablaba la misma lengua y convocar a todos los reyes a una expedición de expiación del sagrado vínculo de la hospitalidad. El hombre que había roto este sagrado vínculo merecía que le segasen el cuello. Agamenón llevaba como único salvoconducto la fama de hombre justo que le precedía y el cetro que Hefesto le había hecho con ocasión del himeneo. Los micénicos habían podido contemplar tan magnífica obra sólo durante los esponsales. Y ahora, al dar comienzo a la embajada que reuniría más tropas griegas que abejas en torno a un rico panal, el rey mostró orgulloso el resplandeciente cetro. La mención del nombre de Paris levantaba en armas a un pueblo tras otro y a todas las islas habitadas por notables guerreros. Todos se reunían en torno al cetro de Agamenón.

(http://franciscojaviertostado.com/tag/aristarco/)

sábado, 9 de mayo de 2015

El cofre de Helena.

Hefesto quiso reflejar también en el escudo la leyenda que ya la tradición reflejaba en la boca y en la memoria de griegos y troyanos: el rapto de Helena. Pero nadie sabía a ciencia cierta qué había pasado exactamente, si Helena se marchó voluntariamente o si se quedó a salvo en la isla de Delos llevándose Paris un fantasma de la reina espartana. Quizás todos eran piezas de un juego de rivalidades entre los dioses sin saberlo. A Helena siempre le habían rodeado enfrentamientos, engaños, traiciones, luchas de poder, ambición y pasiones. Ya sabía lo que era un semidiós después de ser raptada por Teseo. Ya sabía lo que era el engaño dado que Zeus se había tenido que metamorfosear en un cisne para engendrarla. Sabía la pasión que despertaba en los hombres porque todos juraron -como única manera de contener tanta violencia- respetar al que tuviera la dicha de casarse con ella. Sabía que la riqueza estaba en sus manos en el trono de Esparta y que era la mujer más envidiada de la tierra entera pero no se imaginaba la envidia que despertaba entre las diosas. Cuando se marchó con Paris llevó su tesoro personal en un cofre y no volvió la vista atrás. Hefesto intentó imaginarse este momento pero no era capaz de hacerlo y desistió de esculpirlo en el nuevo escudo de Aquiles. Paris, por su parte,  nunca consiguió saber qué guardaba en el cofre. Los poetas dicen que era un cinturón mágico. Pero los poetas no siempre dicen la verdad.

(http://es.wikipedia.org/wiki/Helena_(mitolog%C3%ADa)
Crátera del s. IV a.C. en la que se representan a Helena y a Paris en esta vasija de figuras rojas. En ella se almacenaba el vino que se repartiría posteriormente en los simposios.

jueves, 7 de mayo de 2015

Casandra

La princesa troyana Casandra esperaba a su hermano Paris para predecirle uno de sus augurios: que llegaría a ser rey de Troya tras vencer a los griegos. Pero ni los augures ni Paris ni nadie en palacio hizo caso de sus palabras porque sabían que Apolo había maldecido las predicciones de Casandra haciéndolas falsas. A pesar de ello liberó a sus palabras de la cárcel de la boca y las palabras volaron como plumas inútiles que el viento juega a diseminar por toda la tierra. Paris le regaló una sonrisa fraternal tras oírla y se marchó hacia el palacio para iniciar los preparativos que le llevarían en embajada con Héctor hasta Esparta.

(http://troybcs2.tripod.com)

miércoles, 6 de mayo de 2015

Los festivales de Esqueria

Los festivales poéticos que se celebraban anualmente en la isla de Esqueria atraían a los mejores aedos de toda la tierra conocida pero aquel año además se rumoreaba que uno de ellos, llamado Demódoco, había perfeccionado un estilo de recitado que usaba no solo la memoria sino también unas tablillas en las que había grabados unos garabatos. El cretense Dictis acudió con la intención de competir en los festivales pero lo hizo con un mes de antelación para investigar quién era Demódoco y cómo era su arte. Se quedó sorprendido de la utilidad que tenían los garabatos para memorizar los recitados y aprendió todo lo que pudo en el tiempo que estuvo con Demódoco, antes y después de los festivales. También había llegado a oídos de Dares el frigio la misma noticia y emprendió el largo viaje hasta Esqueria cuando todavía las noches eran más largas que los días. Los festivales se celebraron para conmemorar el regreso de Perséfone al ciclo de la vida y ni Dictis ni Daris compitieron en aquella ocasión ocupados como estaban en aprender el arte de garabatear. El tema más utilizado por los aedos, en todas sus variantes, era el idilio entre Ares y Afrodita; otros habían optado por el equivalente entre los hombres, los amores de Paris y Helena. Ni Daris ni Dictis sabían que sus destinos se juntarían más adelante en Troya separados tan solo por las murallas de la ciudad. Y por una historia que contar, la guerra de Troya.

(http://es.wikipedia.org/wiki/Museo_(aedo)

martes, 5 de mayo de 2015

Celos

La ninfa Enone vivía feliz en compañía de Paris protegida por los dones que le proporcionaba su condición: conocimientos arcanos de medicina y la capacidad de predecir el futuro. Feliz hasta que los sueños de Paris se poblaron de una mujer con vida, Helena. Ella jugaba en los sueños de Paris a ser madre, amante, esposa, hermana, amiga, hetera y todo al tiempo. Enone no podía resistir el sentimiento de celos que le hervía la sangre y obligó al príncipe troyano a elegir entre la mortal y ella. Paris se quedó en silencio mirando al vacío y Enone desapareció para siempre llevándose consigo el secreto de cómo librarse de la muerte. Había tenido que elegir entre amor e inmortalidad y tan solo pensaba en abrazarse al plácido Hipnos para disfrutar de nuevo de la presencia de Helena.

(http://sobregrecia.com/wp-content/uploads/hipnos-y-nix.jpg)


lunes, 4 de mayo de 2015

El sueño de Helena

Era conocida por su belleza. Todos habían pronunciado alguna vez el nombre de Helena, la protectora de las luciérnagas que guían a los amantes nocturnos. Crecía y su belleza aumentaba. Se decía que algunas diosas se sentían ofendidas. Afrodita se presentó en uno de sus sueños y le mostró el cuerpo desnudo y el rostro del príncipe troyano rubio y Helena se quedó prendada de él deseándolo ardientemente a pesar de que pronto sería la esposa de uno de los ilustres pretendientes que se habían reunido en su casa. Varias noches seguidas ininterrumpidamente aparecía la imagen de Paris en los sueños de Helena y el deseo crecía y crecía hasta desbordarse. Helena le preguntó cómo podría conseguir el amor del troyano y Afrodita le respondió que ella se lo proporcionaría si le hacía partícipe de sus sueños. Helena lo dudó el tiempo que tardó en pestañear y esto significaba asentir. Así la mujer más bella de Grecia dejaba que Afrodita se convirtiese en parte de sus sueños. Quedó satisfecha con el pacto y se durmió plácidamente contemplando la imagen de Paris bañándose en un arroyuelo cerca de donde una cervatilla miraba con sus ojos de noche de verano que espera el abrazo de los amantes.

(https://maripeli8.wordpress.com/2013/09/21/frente-al-mar/)

sábado, 2 de mayo de 2015

La armadura de Aquiles

Héctor regresó de la última batalla ensangrentado y azuzando a los caballos para confundirse con el veloz viento. Tiró las armas con desdén y entre ellas estaba el preciado trofeo del combate: las armas del propio Aquiles arrancadas con violencia del delicado cuerpo de Patroclo una vez abatido. Con presuroso paso se dirigió a sus aposentos donde Andrómaca esperaba impaciente y ansiosa. Los sirvientes cogieron las armas de Aquiles y las llevaron con los demás trofeos de guerra al cubículo donde se amontonaban pero nada más marcharse apareció Iris, mensajera de los dioses, bajo la figura de un troyano y cogió el escudo, el yelmo, la lanza, la espada, la coraza y las grebas de Aquiles. Se lo llevó a Hefesto y el dios se alegró enormemente en su corazón por tener las armas cuya vista infundía pavor y miedo en los combatientes. Volvía a tocar con sus rudas manos las armas que le había regalado a Peleo en los esponsales con la nereida Tetis. Era el regreso a casa de un conspicuo hijo errabundo. Dejó con delicadeza las armas en un lugar visible de la fragua y se puso a contemplar la figura de Aquiles lamentándose por la muerte de Patroclo. No había palabras para describir tanto dolor, la imagen de Aquiles mesándose los cabellos era suficiente para imaginarse el dolor que por dentro le devoraba. Y Hefesto se compadeció del orgulloso Aquiles. Sin previo aviso, como había hecho ya en otras ocasiones, se presentó Tetis y antes de que las palabras saliesen volando de su boca Hefesto ya sabía por qué venía. No hizo falta hablar. Hefesto asintió y Tetis se alejó jubilosa. Aquiles tendría unas nuevas armas dignas de él y de su destino.

(http://clasicas.usal.es/Mitos/hefesto.htm)

viernes, 1 de mayo de 2015

La soledad del príncipe troyano

Paris se quedó solo acompañado del hálito de las diosas y de la ninfa y como única demostración de la elección que había hecho el cinturón del amor. Se lo puso sobre la túnica y a su alrededor todo se difuminó convirtiéndose en un paraíso tan tentador como voluptuoso y desconocido. Pero estaba solo y  alrededor todo era silencio. El paraíso era un lugar solitario, mudo, irresistible, inasequible. El paisaje se había paralizado como en un sueño hasta que el balido de las ovejas le recordó quién era, el pastor de los rebaños de Príamo, el príncipe Paris. Dejó el cinturón colgado de la saliente rama de un roble y guió al rebaño hacia Troya entonando una melodía que no recordaba dónde había aprendido. Los rapsodas reproducirían generaciones más tarde este ritmo con los bastones en sus declamaciones.


(eaimnetz.wordpress.com/2010/05/14/el-juicio-de-paris/)

miércoles, 29 de abril de 2015

Náyades del Escamandro

Hefesto tenía la costumbre de perseguir a las náyades que se reunían a disfrutar de la libertad de una desnudez sin escrúpulos en el nacimiento del río Escamandro, cerca de donde tenía su fragua. Jugaba a alcanzarlas sabiendo que era prácticamente imposible. En cierta ocasión incluso se cubrió con la piel de leopardo que había abandonado Hilas al ser raptado por las náyades cautivadas por la belleza del joven pero de nada le sirvió a Hefesto el burdo disfraz. Cuando no lograba su propósito apagaba la sed con un baño en el Escamandro sabiendo que por pertenecer al séquito de Zeus no sufriría ningún tipo de locura. Cualquier otro ser humano que se bañase en esas aguas consagradas a las náyades enloquecería sin remedio. En uno de sus escarceos se fijó en una náyade no por su belleza sino porque estaba absorta, descuidada, y podía se una presa fácil. Se acercó, sinuoso, a ella y en el momento en que le tocó la nívea piel se quedó petrificado, inmovilizado por el hechizo que permitía a las náyades en peligro inmovilizar a sus adversarios. Así, viendo cómo a su alrededor se consumía el día y la noche siguiente, estuvo Hefesto hasta que el centauro Quirón lo liberó entre sonoras carcajadas. Tal fue la rabia de Hefesto por haber caído en la red de la náyade que de un violento martillazo desvió el curso del Escamandro y el río se vio obligado a sumergirse en las profundidaes del monte Ida para enfriar la fragua de Hefesto. Después, de regreso al la espaciosa tierra corría veloz al encuentro de Simois con todo el deseo de un amante necesitado.

(http://irohe.blogspot.com.es/2011/05/las-encantadas-de-montijo.html)

martes, 28 de abril de 2015

La elección

La manzana para la más bella de las diosas. Paris estaba perplejo, no sabía ni el por qué ni el para qué. Paralizado, no se movió mientras a su alrededor se recreaban varias escenas que parecían salir de sus propios sueños: se vio sentado en un trono de diamantes rodeado de los dioses olímpicos celebrando un festín de néctar y ambrosía; se vio con el cetro en la mano y toda la llanura, hasta donde llegaban sus ojos, llena de hombres arrodillados ante su poder; se vio quitándole el cinturón del amor a Pandora antes de contemplar su desnudez y se vio cabalgando a lomos de una nereida. Sabía que cada visión era la ofrenda de una diosa y a quién correspondía cada una. Cerró los ojos lentamente e invocó al águila del destino que le acompañaba a todas partes y que era un regalo de infancia del centauro Quirón. El águila planeó con deleite sobre las cabezas de las vanidosas diosas y descendió arañando levemente con sus fuertes garras la piel de Afrodita. De la herida salió el ícor que concede la inmortalidad y al caer al suelo brotó de las profundidades de la tierra Simois. El riachuelo creció rápidamente convertido en río y alegre bajó por las laderas del Ida para unirse al Escamandro en la llanura frente a Troya. Afrodita se retiró victoriosa y ufana con la manzana en la mano. Y en la piel de la diosa se reflejaba el color verde aceituna.

(http://www.desmotivar.com/desmotivaciones/52122_la_manzana_de_la_discordia)

lunes, 27 de abril de 2015

La manzana.

Paris apacentaba el rebaño como de costumbre y en uno de los árboles del claro del bosque, florido como correspondía a la época, vio una manzana llamativa por su exagerado tamaño, por su color verde aceituna y porque en primavera la naturaleza no alimentaba a los frutos de los árboles. No pudo resistirse, se acercó y la cogió con interés. No pasó nada pero cuando le dio el primer mordisco aparecieron desde distintos puntos del bosque Afrodita, Atenea, Hera y Tetis. Esta última tenía este privilegio por haber pasado una noche con Dioniso y gracias a eso pudo participar en el certamen. Iris tapó con su suave mano la boca de Paris y dijo: "Esta manzana es para la más bella. Por ello compiten".    Paris no pudo hacer nada más, se quedó quieto, absorto con tanta belleza y pensando.

(http://www.forodefotos.com/naturaleza/10523-bosques-en-primavera.html)

domingo, 26 de abril de 2015

Un nuevo regalo

Hera, enfadada porque el trono de Zeus le dejaba en una posición de inferioridad, mandó difundir a los cuatro vientos a través de Hermes que quien le confeccionase un trono digno de la reina del Olimpo recibiría a cambio un don inolvidable e incomparable. Poco tardó la noticia en extenderse por todos los rincones de la tierra y del cielo. Poco tardó en aparecer en el Olimpo Prometeo con un trono para Hera. Le dijo que era único, elaborado exclusivamente con diamantes y la diosa se sentó complacida y exultante pero cuando intentó incorporarse no fue capaz de hacerlo poniendo de manifiesto el engaño de Hefesto. Apareció Hefesto ante Hera, su madre, orgulloso de haberla atrapado para vengarse del hecho de haber sido arrojado con desprecio del Olimpo y como artífice del trono reclamó algo que todos, dioses y mortales, deseaban: casarse con Afrodita. Hera tuvo que concedérselo para librarse de la prisión de diamante. Y aquella noche en la fragua de Hefesto nadie avivaba el fuego. Sin embargo, en los aposentos de los invitados Hefesto avivaba sin cesar el fuego de la pasión y Afrodita le acompañaba.

(http://sobreleyendas.com/2010/11/30/hefestos-y-afrodita-o-la-extrana-pareja/)

sábado, 25 de abril de 2015

En la muralla

Nadie se movía. Todo era quietud y tensa pausa, crepitar de los ojos en los que refulgía el brillo de las armas, una brisa inmóvil y la vista puesta en el horizonte. Apareció la primera nave con un toro bordado en la vela y el silencio se hizo aún más visible. El toro parecía resoplar.

(https://www.pinterest.com/bracamontesm/toros-de-lidia/)

viernes, 24 de abril de 2015

En el jardín de las Hespérides

Discordia se acercó al jardín de las Hespérides donde ella misma había plantado al principio de los tiempos el árbol de los dos frutos: las manzanas  de la dicha de un color rojo cinabrio y las manzanas de la discordia de piel verde aceituna. Tenía permiso de las ninfas para coger cuantas manzanas necesitase para calmar su corazón y donde faltaba una crecía otra. Cogió con deleite una manzana y la saboreó plácidamente en la boca antes de engullirla para calmarse. Cogió otra manzana verde aceituna -cosa que nunca antes había hecho- y se la guardó entre los pliegues de la túnica. Se despidió como siempre de las ninfas con una sonrisa y partió hacia el monte Ida.

(http://sobreleyendas.com/2010/12/15/las-hesperides-y-las-manzanas-de-su-jardin/)

jueves, 23 de abril de 2015

El silencio del monte Ida

Los llantos del niño recién abandonado en el bosque cesaron repentinamente cuando Agelao, un simple sirviente de palacio, regresaba por el camino de vuelta hacia Troya. Se apiadó del niño y lo crió ocultamente en una cabaña dándole por nombre Paris. Libre y sin ataduras se crió persiguiendo ninfas en el monte Ida hasta que, ya joven, derrochó todo su vigor con una de ellas, Enone, con la que se casó y compartió noches de vino y pasión. Otros conocen esta historia pero se la atribuyen a Alejandro. Lo cierto es que Paris pasó su juventud pastoreando en las laderas del Ida sin saber que allí mismo se reunirían los dioses en la imaginación de Dictis y de Dares. Porque en Creta también había un monte llamado igualmente Ida donde se creía que había nacido Zeus. Y el silencio del monte solamente podía presagiar alguna desgracia porque todos los dioses se hallaban celebrando las bodas de Peleo y Tetis y únicamente Discordia no había sido invitada y vagaba enfurecida por las cercanías del Ida. En la mente de la diosa se fraguaba la venganza y la venganza tenía nombre de mujer.

(http://www.tarotdeelisabetrojo.com/2011/02/la-diosa-venus-y-su-planeta-mitologia.html)

miércoles, 22 de abril de 2015

Las pecas de Afrodita

Dares el frigio se paseaba, como de costumbre, por el adarve y se quedó paralizado ante la visión de Afrodita aunque no era extraño que la diosa abandonase el lecho conyugal. Tenía la cabeza apoyada contra el muro defensivo y parecía meditar en las consecuencias del juicio de Paris. Se adormeció y Dares espiaba la escena con deleite. Un puñado de Líridas cayeron sobre su rostro como lluvia de oro y diminutas pecas se dibujaron en la tez ebúrnea. Desde entonces unas graciosas pecas adornan el rostro de Afrodita.

(m105.com.mx/noticias/noticias.php?dID=665717722)

martes, 21 de abril de 2015

La lira de Orfeo

Erurídice ya no pudo avanzar más desde el momento en que Orfeo volvió la vista hacia su amada para comprobar que salía detrás de él de la casa de Hades. Ella regresó al oscuro reino de los sin vida y Orfeo siguió sus pasos abandonando por amor el mundo de los vivos. Lo último que hizo fue arrojar con ira su lira lo más lejos posible, lejos de las eternas tinieblas. Y Zeus se apiadó de Orfeo convirtiendo a la lira en una constelación que acompaña a los amantes nocturnos. Cada vez que un enamorado fija sus ojos en Lira ésta entona una dulce melodía en recuerdo de Orfeo. Pero en ciertas ocasiones, cuando el cuco comienza a cantar, Lira no puede reprimir su desolación y deja caer unas lágrimas que algunos llaman Líridas. Y los amantes que son capaces de verlas abrazados saben que al año siguiente una lágrima brillante caída del firmamento recordará su amor. Esta noche las Líridas iluminarán a las naves troyanas y a los vigías de Troya. Yo, Dictis el cretense, doy fe de ello.

(http://www.proyectopv.org/3-verdad/mitosorfeeruricide.htm)

lunes, 20 de abril de 2015

El trono de Zeus

En el Olimpo todos los dioses estaban expectantes ante la llegada de Hefesto. Desde que había sido arrojado con desprecio de las alturas nunca había regresado a la mansión divina a pesar de las peticiones reiteradas de Iris y de Hermes. Las numerosas visitas del dios mensajero a la cueva de Hefesto tenían un fin, proporcionarle el oro con el que construiría el trono del rey de dioses. No le preguntaba de dónde sacaba el valioso metal aunque la relación con los bandidos era evidente ya que Hermes era para unos el patrono de los bandidos y maleantes en general pero para otros -por ejemplo para los Sintios que lo habían criado- lo era sin duda Hefesto. Cuando el preciado objeto ya estaba elaborado Hefesto lo llevó al Olimpo para admiración de todos y con una leve inclinación de cabeza se lo ofreció al padre de todos. Zeus lo recibió gustoso y al sentarse él mismo parecía de oro. Todo refulgía a su alrededor. Antes de abandonar la dulce morada Zeus le encargó otro trono de igual magnificencia para su esposa Hera. Asintió el burlón Hefesto al tiempo que se retiraba con irónica expresión en su semblante.

(http://classicgrandtour.com/2013/12/19/en-el-regazo-de-zeus/)

domingo, 19 de abril de 2015

Al anochecer

Caía la noche y los titanes acudieron en ayuda de Hefesto. Juntos trabajaron sin descanso el bronce, el estaño, el oro y la plata que abundaban en la cueva. El resplandor de la fragua bastaba para iluminar la estancia y con hábil destreza elaboraron un broquel, un yelmo coronado de penacho, las grebas y la coraza. Todo en una sola noche, desafiando al más hábil artesano. Y el resultado era impecable, asombroso, deslumbrante, digo de un héroe.

(http://portalmitologia.com/hefesto-el-dios-de-la-fragua)

sábado, 18 de abril de 2015

Recuerdo de infancia

Hefesto hizo un descanso en la elaboración del nuevo escudo y recordó por qué lo estaba haciendo: nunca agradecería suficientemente que Tetis y Eurínome hubieran amortiguado su dura caída al ser arrojado violentamente desde el Olimpo por su propia madre. Las dos nereidas habían utilizado los pliegues de sus cuerpos para que el repudiado patizambo cayese muellemente en el lecho marino. Y Hefesto se lo agradecería eternamente. Cuando Tetis acudió a su fragua lamentándose porque Aquiles había perdido a Patroclo y la armadura que ambos habían vestido, no dudó ni un solo momento en dedicar todo el tiempo necesario en la elaboración de las armas que darían a Aquiles la gloria. El ínclito dios del fuego y la forja recordó la árida tierra de la isla de Lemnos y la infancia entre los Sintios con quienes aprendió el arte de sobrevivir. Por ello a veces regresaba a la isla y avivaba en su interior el fuego de la rabia que le hacía vomitar lava. Al anochecer aún se aprecia en ocasiones, como testimonian muchos de los viajeros que por allí han pasado. Afirman también que cuando el dios visita la isla un rugido recuerda su rabia y mar y tierra se estremecen.


(http://www.wondergreece.gr/v1/el/Perioxes/Limnos/Gia_tin_perioxi/Poleis_Xwria/4527-Myrina)



El hallazgo de Vulcano en Lemnos, de Piero di Cosimo (circa 1495-1505)



jueves, 16 de abril de 2015

Despertar en palacio

El príncipe Héctor se separaba con cariño de los dedos de Aurora despidiéndose con sonrosados tonos. Y el sol de un nuevo día aparecía entre las colinas. Hefesto reanudó su trabajo en la fragua cincelando  unas escenas bélicas que ya le eran familiares: guerreros aguijoneando a los caballos, hombres  de pie firme aguardando la embestida de los carros, las lanzas cortando el aire en tiras de sangre, los escudos recibiendo el fiero golpe de las broncíneas espadas y los cadáveres amontonados en desorden en toda la llanura. Contrastaba con la pacífica calma que envolvía a Andrómaca en su lecho y con la placidez que cubría el sueño de Paris y Helena. Los príncipes troyanos saboreaban el placer de sentirse protegidos por Afrodita. Bajo su manto no temían a nada ni a nadie. Una algarabía madrugadora empezaba a llenar la ciudad mientras las puertas aún estaban abiertas. Y de todas partes llegaban campesinos que se convertirían en soldados, mercaderes que llegarían a ser hábiles arqueros y prostitutas que se quedarían para siempre en Troya. Los nobles se reunían a diario en el ágora para ejercitarse y Héctor no faltaba nunca a la cita. Príamo contemplaba orgulloso desde el balcón del palacio a su prole.

(https://geohistoriact.wordpress.com/tag/troya/)

miércoles, 15 de abril de 2015

Dictis en duermevela

Con el suave bamboleo de la nave dejando atrás el ocaso, Dictis intentaba hundirse en las profundidades de Hipnos pero no lo conseguía. Dejaba tras de sí la paz de Creta mantenida con tesón en las últimas cinco generaciones, después de conseguir la soberanía del comercio marítimo; dejaba atrás una familia a la que nunca se había sentido demasiado apegado; dejaba atrás infancia y juventud y se adentraba en el tenebroso mundo de la guerra. Todo lo que sabía hasta entonces del reino de Ares era lo que había conseguido memorizar en los festivales poéticos que se celebraban anualmente, literatura. Ahora, sin embargo, junto a Idomeneo descansaban los guerreros cretenses ataviados para la festividad bélica que excita los ánimos. Los miraba y veía la antesala del templo de la muerte con las colosales estatuas de Discordia y Tumulto flanqueando la puerta de entrada. No podía dormir. Ares se acercó silenciosamente a él y con un suave soplo en sus oídos le infundió valor. Miró al estrellado cielo y las estrellas compusieron en su memoria un melodía que le recordaba el dulce recitado de los aedos. Así, recitando de memoria verso tras verso se fue acercando al borde del acantilado que lleva al sueño. Aún no había comenzado su narración de la guerra de Troya, no sabía que el frigio Dares haría lo mismo dentro de Troya. Los dioses modelaban la voluntad de los humanos mientras jugaban al cótabo y el vino que se derramaba por el suelo se mezclaba con el caudal de los ríos Escamandro y Simois. Los troyanos bebían el agua regada con vino divino y celebraban una fiesta ininterrumpida en un día más aguardando la llegada de los aqueos.


(http://teruisenores.blogspot.com.es/2008_08_01_archive.html)


martes, 14 de abril de 2015

Noche troyana

Con los últimos rayos de luz se iba extinguiendo el bullicio desordenado que reinaba en la ciudad. Se estaban aprovisionando de todo lo necesario para un asedio que prometía ser largo. Dares descansaba acurrucado en un vano vacío pero no podía dormir porque en su imaginación se había celebrado una asamblea de dioses para repartirse los destinos de los mortales y una vez disuelta la reunión cada divinidad se regodeaba jugando con los vientos que dirigen a los hombres. Era el sonido malicioso del aire recorriendo las calles de Troya lo que no le dejaba dormir. Y una preocupación, ¿por qué una guerra tan solo por el oro?. Intentó transformar la preocupación en algún verso que se sometiese al yugo del rapsoda pero le fue imposible; la noche no cejaba en su empeño de mantener en vilo cuerpos y almas de hombres y de dioses. Únicamente Hefesto descansaba en brazos de Afrodita.

(http://110espanol.pbworks.com/w/page/58233208/Ellas%20y%20Ellos)

lunes, 13 de abril de 2015

Murmullos

Haiku:
Suave brisa
acariciándome
entre las hojas.


(laplantamedicinal.com/plantas-medicinales/ginkgo-ginkgo-biloba-l/ginkgo-biloba-planta-medicinal/)

Bóreas con sus alas invisibles traía noticias del norte: los pueblos vecinos estaban temerosos porque los saqueos y raptos amenazaban con llegar a sus fronteras. Noto había calentado el ambiente adelantando la primavera y los corazones ya se encendían al paso de la cuadriga de Ares. Céfiro entremezclaba el bullicio de los que avanzaban hacia Troya para refugiarse con el lamento de los que quedaban abandonados en las aldeas y con el silencio de las tierras baldías. Euro ofrecía el ritmo constante de los remos clavándose en el pongo como azadas en el surco. Y Eolo, orgulloso de sus hijos, disfrutaba de un festín de sensaciones acariciando las ramas de los árboles que crecían en torno a su templo.

domingo, 12 de abril de 2015

Dares en palacio

Se presentó Dares ante Príamo con los dones de rigor acompañando a los soldados de su territorio que se habían unido voluntariamente al rey troyano. Como era costumbre fue recibido con un sacrificio a los dioses y los augures en aquella ocasión dictaminaron que el oferente debía encargarse de elaborar una crónica de los hechos que iban a suceder y así le fue trasmitido por el propio Príamo. Todos era conocedores de sus técnicas de escritura y muchos habían acudido a su taller para aprenderlo aunque él era el maestro. Aceptó el encargo de buena gana sin saber que respondía al deseo de Hebe. Ya sabía cómo llamaría a su composición: De la gloria de Troya. Ahora sabemos que los copistas de su obra le cambiaron el título por otro más acorde: De la destrucción de Troya. Pero aún no había comenzado ni la destrucción ni la desesperación ni el sufrimiento ni la viudez ni la orfandad ni los ríos de sangre ni los festines de las aves con los cadáveres. De momento Troya bullía con los preparativos bélicos y de todas partes llegaban hombres cual moscas que en torno a la dulce miel se reúnen alborotando. Y la ciudad se llenaba poco a poco mientras los vigías, desde las atalayas, clavaban sus ojos en el horizonte en busca de las velas. Dactis comenzó a esbozar la genealogía mítica de Príamo.

(http://buscandobucardos.blogspot.com.es/2014/10/vuelta-menorca-cami-de-cavalls-dia-1-sa.html)

sábado, 11 de abril de 2015

A lomos del ponto

Haiku:

Mis canas al mar
para sus altas olas
prestan el blanco.


Y el canoso mar, dijo Homero, cabalgaba como un caballo desbocado. De todas partes se habían reunido las naves aqueas y se aproximaban a la playa más cercana a Troya llenas de esclavas, armas e ira. A sus ojos las murallas de la ciudad deslumbraban como un orgulloso titán alimentado de riquezas. De lomos del caballo desmontó Afrodita y se deslizó entre la espuma desnuda como un atleta esculpido por la mano de su amante. Se sentó en la playa esperando la llegada de las naves aqueas. Ella, Afrotita, en todo su esplendor se mostraba así cuando necesitaba poner las reglas del juego y en este caso la llegada de los aqueos iniciaría una guerra cruenta. De soslayo miró al palacio troyano donde Paris y Helena gozaban del placer del reposo amoroso y sonrió complacida.


(http://www.blogodisea.com/cielo-tierra-urano-gea.html)