martes, 31 de marzo de 2015

Un viaje sin retorno

Entre ellos lo comentaban: el viaje iba a ser duro y nadie se hacía responsable del retorno; los designios de los dioses eran oscuros como la negra noche. Ellas lloraban en silencio las desgracias por anticipados. Las Parcas trabajaban en el tapiz del rapto de Helena y con los hilos sobrantes jugaban con el destino de los humanos enfermos de soberbia por su felicidad. Si algo no soportaban las Parcas era la alegría bañada en soberbia; ni a los dioses les estaba permitido. Los niños jugaban con las naves de madera en la orilla del mar y en la playa crecía el número de naves que traían guerreros ávidos de riquezas. Eolo lo dijo un única vez y los intérpretes sagrados así lo trasmitieron a la multitud: el viaje de ida sería propicio pero ni siquiera él podía garantizar el viaje de regreso porque Hades estaba hambriento.
(redhistoria.com/mitologia-griega-las-parcas/#.VRsSHUvF_Ko)

lunes, 30 de marzo de 2015

Heraldos de una traición

Por todas partes los heraldos anunciaban que el príncipe Paris había seducido a la esposa de Menelao. Los rapsodas, sin embargo, daban distintas versiones desde el uso de filtros amorosos, pasando por la traición largamente meditada de la reina o la confabulación de otros reyes hasta la auténtica pasión desencadenada con la furia de titanes encerrados en cuerpos humanos. Por los valles, colinas y riberas se entremezclaban las voces de los heraldos y los distintos dialectos. Las fraguas no cesaban ni día ni noche. La madera se acumulaba en la playas para construir un ejército de naves. Hefesto había acabado ya de reconstruir la ciudad en paz y en el lado opuesto aparecería la ciudad en guerra.

Maarten van Heemskerck - Panorama con el rapto de Helena en medio de las Maravillas del Mundo Antiguo (detalle) - (http://casaprints.com/es/maarten-van-heemskerck/2939-panorama-con-el-rapto-de-helena-en-medio-de-las-maravillas-del-mundo-antiguo-detalle.html)

domingo, 29 de marzo de 2015

La ciudad pacificada


El cincel se deslizó por el voluble bronce hasta delimitar el contorno de una ciudad y en sus entrañas cobró vida la imaginación del artista. En torno al ágora se desplegaba la vida en su plenitud: unos leían los edictos, otros los interpretaban, otros hacían negocios con la palabra y la letra, otros discutían sobre las interpretaciones y los negocios pero todos estaban involucrados en las vísceras de la ciudad. Cada uno era un engranaje de la maquinaría política y todos se movían al ritmo de la maquinaria. La ciudad había crecido asolando territorios vecinos, se había alimentado de la sangre de los enemigos durante mucho tiempo pero ahora habían transcurrido dos generaciones en paz y la ciudad empezaba a echar raíces como un olivo, raíces sólidas para un árbol sólido y fructífero. Los ciudadanos celebraban esponsales y lo festejaban durante días, procreaban alegres y convivían amistosamente, recibían a los extranjeros con prodigalidad, negociaban con ánforas, aceite o ideas pero echaban de menos el sabor del bronce afilado. Era una ciudad que disfrutaba de la tensa calma que precede a la tempestad porque el fuego de la avaricia recorría los territorios y se corría la voz de que allende los mares había una ciudad tan rica que las calles estaban pavimentas en oro. La fama de esta ciudad había llegado a todas las ciudades propagándose como un fuego encendido de colina en colina y las ágoras bullían. Todas las fraguas se encendieron y a ritmo de remos de galera y los forjadores de toda Grecia comenzaron a trabajar el bronce. La paz había llegado a su fin.
(http://www.comercioexterior.ub.edu/correccion/06-07/grecia/ciudades_principales.html)

sábado, 28 de marzo de 2015

Naves varadas

La suave brisa enfilaba las velas deshilachadas de las naves. Los combatientes ya no prestaban atención a las proas que amenazaban con hacerse a la mar. El campamento había crecido en torno a las naves y el monstruo crecía día a día con la guerra. Todos añoraban sus patrias, sus islas, sus palacios, cada uno recordaba los rostros amados mientras afilaba su espada. Se aprestaban para el combate al tiempo que la tormenta desencadenaba su ira contra las velas de las naves.
(http://www.taringa.net/posts/imagenes/15671868/48-Naufragios-Extranamente-Intrigantes.html)

viernes, 27 de marzo de 2015

Golpe de viento

Cansado de martillear las palabras se sentó a la orilla del mar para saborear la caricia de la brisa.

(http://asiaviaje.com/las-playas-mas-exclusivas-del-mundo/)

jueves, 26 de marzo de 2015

A golpe de cálamo

Homero cogió el cálamo metálico y empezó a garabatear sobre la arcilla recién alisada. Los signos que había aprendido del navegante fenicio se habían perfeccionado con el tiempo y ahora se modulaban con suavidad, como una caricia deseada. Pensaba que tenía que buscar algún discípulo para enseñarle el arte que estaba creando y poder escribir lo que los aedos y rapsodas recitaban en las frías noches invernales. Las tablillas de barro se amontonaban en los estantes en un aparente desorden ya que en el reverso cada una de ellas tenía una marca, combinaciones de los signos que utilizaba para escribir, las letras del alfabeto. Habían pasado ya muchos años desde que comenzara la narración: canta, diosa, la cólera de Aquiles… muchos años perfeccionando el arte de arañar con dedos de poeta las tablillas que más tarde el destructor fuego convertiría en cerámica con alma de héroe. Al sinuoso ritmo del cálamo le acompañaba de fondo el martilleo de la fragua de Hefesto. Los fuelles que alimentaban la fragua lamían el ambiente con lenguas de fuego y los crisoles se iban llenando, unos de bronce, otros de plata y otros de oro. Una vez que las tablillas broncíneas, argénteas y áureas quedaron dispuestas para ser trabajadas Hefesto cogió el cincel y trazó los bosquejos de la tierra, el cielo y el mar. Una a una las figuras aparecían ensambladas. Sólo Orión quedó sin bañarse en Océano.

(http://www.sofiaoriginals.com/feb613escrituray2.htm)

miércoles, 25 de marzo de 2015

Golpe a golpe.

El suave murmullo del oleaje se confundía con el repiqueteo. Desde una cueva cercana a la que nunca llegaba el sol las Grayas compartían el único ojo que tenían para ver cómo el robusto Hefesto se había puesto de nuevo a forjar lo que parecía una magnífica obra. Y era sólo el comienzo porque no muy lejos de allí las Moiras hilaban con desdén el destino de los mortales y reían cada vez que un hilo se rompía entre sus manos, reían y el eco de sus risas llegaba desde las nevadas cumbres del Olimpo hasta el mar donde las Grayas se nutrían de ondulados cabellos blancos que sacaban de la espuma. El repiqueteo comenzó siendo suave, mórbido, siguiendo la curvatura del viejo escudo que el dios utilizaba para forjar el nuevo; de algo viejo creó algo nuevo, un escudo con el que todo ser humano o divino se quedaría maravillado, una gran obra que empezaba a construirse ya en su imaginación: un círculo que contuviera el todo, la perfección, una osadía hasta para un dios, algo sin parangón. El repiqueteo se fue acelerando conforme pasaba el día y las Moiras seguían devanando el destino. De un ritmo regular se pasó a otro inconstante e irregular; el martillo descargaba toda la rabia que los robustos brazos lanzaban contra el yunque; el yunque soportaba los golpes como latigazos furiosos; el bronce se dejaba domar. Cuando Helios acariciaba la cerviz de Océano el martillo de Hefesto, arrojado con furia desde la fragua, cayó en la orilla de la playa. Océano aún seguía indomable y no se sometía a la geometría del círculo.

(https://elpulpo.wordpress.com/2010/01/07/ekphrasis-infinita-relacion-entre-ver-y-decir/)

martes, 24 de marzo de 2015

Al borde del horizonte

Algunos no creían que el Océano tuviese fin y se desbordase en el abismo para nacer de nuevo y continuamente en el origen del río Nilo. Otros sólo creían lo que veían y llevaban toda la vida navegando sin encontrar el abismo. Otros ni siquiera conocían el relato ni se lo habían planteado pero algunos llegaron hasta el propio borde del abismo y lograron escapar. Eran estos quienes regresaban de la guerra de Troya y ávidos por llegar a sus hogares se adentraron en un territorio desconocido que los marineros denominaban como el triángulo de Pitágoras porque cuenta la leyenda que cuando Pitágoras en un viaje de negocios descubrió el teorema del triángulo su nave se acercó hasta el abismo y llegó a un punto desde donde se podía divisar la profundidad del abismo. Los que se libraron de caer en las profundidades se lo contaron a los poetas, estos lo narraron una y otra vez de pueblo en pueblo y alguien que no recordaba quién se lo había contado me lo contó a mi. Los golpes del martillo contra el yunque me hicieron recordar esta historia.

(http://www.lamentiraestaahifuera.com/2012/07/04/bulo-piramides-sumergidas-en-el-triangulo-de-las-bermudas/)

lunes, 23 de marzo de 2015

En el horizonte

Negras naves asomaban, a lo lejos, en lo que parecía ser el límite del horizonte mientras el río Océano fluía sin cesar. Y el reflejo de las naves en el claro cielo hacía presagiar nubarrones y tormenta. Hefesto se demoró en cincelar un borde grácil y robusto al tiempo, capaz de repeler a la propia muerte y de impedir que lanzas y espadas rozasen la piel del divino Aquiles. Pero Aquiles no lo sabía y lloraba la pérdida de Patroclo. Hefesto sintió lástima por el profundo sentimiento que devoraba al héroe y dejó que el agua de Océano rebosase el borde del escudo para que refrescase el sangriento brazo del combatiente. Más y más naves iban oscureciendo con sus nubes el cielo pero Hefesto aún tenía tiempo de planificar un escudo del que hablases generaciones venideras. Despertó del sueño cuando el río Océano se desbordó como una cascada de bronce a golpe de martillo.


(http://arquehistoria.com/el-hombre-de-plata-tartessos-y-su-alianza-con-los-griegos-10015)

domingo, 22 de marzo de 2015

Sueño engañoso

Soñó que el Olimpo se quedaba en silencio porque todos los dioses había acudido al combate y solo él era ahora dueño y señor todopoderoso del monte que dominaba al mundo. Pero ante sus ojos apareció el contorno sinuoso del profundo mar, misterioso como una mujer desconocida, bravo como un combatiente que busca venganza, infinito mar. Con su horizonte dibujó los límites del escudo.



(Fuente: http://www.fondospaisajes.net/horizonte-sin-fin)

sábado, 21 de marzo de 2015

En el Olimpo

Hefesto, antes de ponerse a trabajar se detiene a pensar qué puede grabar en el escudo para que la fama suya y del escudo perduren generación tras generación y observa a su alrededor un Olimpo revuelto y agitado porque la guerra de Troya se estaba recrudeciendo. Se sienta, pensativo, en un apartado rincón y decide construir un escudo memorable donde quede reflejo del pasado y del presente como advertencia de lo que puede suceder en el futuro. Los gritos de guerra de los hombres se mezclaban con las risas ociosas de dioses y diosas. Dejó que Hipnos se acercase a su rostro sudoroso y le acariciara suavemente mientras sus párpados empezaban a cerrarse.


(http://hefesto-vulcano-diosdelolimpo.blogspot.com.es/2014/03/mi-matrimonio.html)

viernes, 20 de marzo de 2015

El nuevo escudo de Aquiles

Hoy, 20 de marzo de 2015 comienzo este blog con el fin de hacer realidad la expresión latina de Plinio el Viejo "nulla dies sine linea" (ningún día sin leer/escribir algo).
Lo primero un comentario sobre el título elegido. Procede del canto XVIII de la Ilíada. Aquiles, herido en su corazón por la muerte de Patroclo, depone la cólera que le mantenía inactivo pero se encuentra sin armadura. Le pide ayuda a su madre Tetis y esta por medio de Zeus consigue que Hefesto forje las nuevas armas del héroe. La descripción que hace Homero del nuevo escudo de Aquiles (versos 468-617) es un recorrido por la sociedad de la época que yo utilizo como fondo de este blog.

Una imagen y el enlace:

(http://eduardomssanz.blogspot.com.es/2013/02/verba-volant-scripta-manent.html)