martes, 31 de marzo de 2015

Un viaje sin retorno

Entre ellos lo comentaban: el viaje iba a ser duro y nadie se hacía responsable del retorno; los designios de los dioses eran oscuros como la negra noche. Ellas lloraban en silencio las desgracias por anticipados. Las Parcas trabajaban en el tapiz del rapto de Helena y con los hilos sobrantes jugaban con el destino de los humanos enfermos de soberbia por su felicidad. Si algo no soportaban las Parcas era la alegría bañada en soberbia; ni a los dioses les estaba permitido. Los niños jugaban con las naves de madera en la orilla del mar y en la playa crecía el número de naves que traían guerreros ávidos de riquezas. Eolo lo dijo un única vez y los intérpretes sagrados así lo trasmitieron a la multitud: el viaje de ida sería propicio pero ni siquiera él podía garantizar el viaje de regreso porque Hades estaba hambriento.
(redhistoria.com/mitologia-griega-las-parcas/#.VRsSHUvF_Ko)

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