Hefesto, antes de ponerse a trabajar se detiene a pensar qué puede grabar en el escudo para que la fama suya y del escudo perduren generación tras generación y observa a su alrededor un Olimpo revuelto y agitado porque la guerra de Troya se estaba recrudeciendo. Se sienta, pensativo, en un apartado rincón y decide construir un escudo memorable donde quede reflejo del pasado y del presente como advertencia de lo que puede suceder en el futuro. Los gritos de guerra de los hombres se mezclaban con las risas ociosas de dioses y diosas. Dejó que Hipnos se acercase a su rostro sudoroso y le acariciara suavemente mientras sus párpados empezaban a cerrarse.
(http://hefesto-vulcano-diosdelolimpo.blogspot.com.es/2014/03/mi-matrimonio.html)
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