Los festivales poéticos que se celebraban anualmente en la isla de Esqueria atraían a los mejores aedos de toda la tierra conocida pero aquel año además se rumoreaba que uno de ellos, llamado Demódoco, había perfeccionado un estilo de recitado que usaba no solo la memoria sino también unas tablillas en las que había grabados unos garabatos. El cretense Dictis acudió con la intención de competir en los festivales pero lo hizo con un mes de antelación para investigar quién era Demódoco y cómo era su arte. Se quedó sorprendido de la utilidad que tenían los garabatos para memorizar los recitados y aprendió todo lo que pudo en el tiempo que estuvo con Demódoco, antes y después de los festivales. También había llegado a oídos de Dares el frigio la misma noticia y emprendió el largo viaje hasta Esqueria cuando todavía las noches eran más largas que los días. Los festivales se celebraron para conmemorar el regreso de Perséfone al ciclo de la vida y ni Dictis ni Daris compitieron en aquella ocasión ocupados como estaban en aprender el arte de garabatear. El tema más utilizado por los aedos, en todas sus variantes, era el idilio entre Ares y Afrodita; otros habían optado por el equivalente entre los hombres, los amores de Paris y Helena. Ni Daris ni Dictis sabían que sus destinos se juntarían más adelante en Troya separados tan solo por las murallas de la ciudad. Y por una historia que contar, la guerra de Troya.
(http://es.wikipedia.org/wiki/Museo_(aedo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.