martes, 28 de abril de 2015

La elección

La manzana para la más bella de las diosas. Paris estaba perplejo, no sabía ni el por qué ni el para qué. Paralizado, no se movió mientras a su alrededor se recreaban varias escenas que parecían salir de sus propios sueños: se vio sentado en un trono de diamantes rodeado de los dioses olímpicos celebrando un festín de néctar y ambrosía; se vio con el cetro en la mano y toda la llanura, hasta donde llegaban sus ojos, llena de hombres arrodillados ante su poder; se vio quitándole el cinturón del amor a Pandora antes de contemplar su desnudez y se vio cabalgando a lomos de una nereida. Sabía que cada visión era la ofrenda de una diosa y a quién correspondía cada una. Cerró los ojos lentamente e invocó al águila del destino que le acompañaba a todas partes y que era un regalo de infancia del centauro Quirón. El águila planeó con deleite sobre las cabezas de las vanidosas diosas y descendió arañando levemente con sus fuertes garras la piel de Afrodita. De la herida salió el ícor que concede la inmortalidad y al caer al suelo brotó de las profundidades de la tierra Simois. El riachuelo creció rápidamente convertido en río y alegre bajó por las laderas del Ida para unirse al Escamandro en la llanura frente a Troya. Afrodita se retiró victoriosa y ufana con la manzana en la mano. Y en la piel de la diosa se reflejaba el color verde aceituna.

(http://www.desmotivar.com/desmotivaciones/52122_la_manzana_de_la_discordia)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.